El YO es la raíz del dolor. El YO es la raíz de la ignorancia y del error. Cuando el YO se disuelve, solo queda dentro de nosotros el CRISTO INTERIOR.
Es necesario disolver el YO. Solo disolviendo el YO desaparece la ignorancia y el error. Cuando el YO desaparece lo único que queda dentro de nosotros es eso que se llama AMOR.
Cuando el Yo se disuelve adviene a nosotros la auténtica y legítima felicidad.
Solo aniquilando el deseo en forma total, lograremos la disolución del YO, si queremos aniquilar el YO debemos ser como el limón.
El YO es el horroroso SATÁN, el horrible demonio que nos ha hecho la vida tan amarga y asqueante.